martes, abril 12, 2005

El Tiempo y la Vida

Ha pasado harto tiempo desde que escribí el artículo anterior. Tanto tiempo... tenía ganas de escribir hartas cosas, sin embargo....

Pasó de todo. Quien diría que en un par de días después, se moriría un amigo como Juan Luis , el 27 de Febrero. El 6 de Marzo murió Gladys Marín. Recientemente se murió el Papa Juan Pablo II, el 5 de abril. Ocurrieron muchas otras cosas (muchas), pero por ahora se destacan en mi memoria estos eventos. Puedo decir que no son tristes del todo, ni alegres del todo.

Cuando murió Juan Luis, mi parroquia se llenó de personas que lo conocieron. La misa de despedida y el funeral fueron marcados por la gran presencia de personas que no sólo eran familiares. La presencia de los jóvenes fue notable, los ancianos que lo conocieron, los adultos, sus sobrinitos pequeños. Lo que se repetía en todos los testimonios, era su alegría, su sencillez, su cercanía. No era un hombre de discursos elaborados y muy teológicos. Era más bien un hombre de una gran fe, una fe muy práctica.

La Gladys, convocó a multitudes con su muerte, de todos los sectores poplíticos. Muchos jóvenes fueron a despedir a la inclaudicable defensora de los pobres. Políticos y gente común y corriente. Coherencia, sufrimiento, convicción y fortaleza eran palabras que la describían.

Cuando murió el Papa, conmovió a todo el mundo. La asistencia fue multitudinaria, millones. Jóvenes y adultos. Todos estos días han sido como un gran retiro televisado y dirigido por el Papa para todo el mundo. En todos los canales se presentaron reportajes y documentales con las palabras del Papa.

No me quiero extender en cada acontecimiento, siento al adentrarme en ellos piso terrenos sagrados. Por ello prefiero dedicarles a cada uno otros artículo.

Creo que he aprendido de todo esto cosas importantes:
1.- El tiempo pasa volando y todos los días podemos elegir cómo llenarlos.
2.- No importa el camino seguido mientras sea el propio. La coherencia es importante.
3.- ¿Cómo vivo mi vida, cómo quiero vivirla?

Creo que la vida hay que vivirla a concho, gastarla en lo que valga la pena. Llenar cada minuto y segundo de vida. Como cristiano, creo que sólo Jesús tiene palabras de vida. La vida en plenitud se vive en la entrega a los demás. Comprometerla con el proyecto de Jesús es comprometerla en el proyecto del Padre, es comprometerla con la vida, es llenar de vida nuestros pequeños actos sin vida. No importa mucho el camino si es el mío, no sirve que siga el camino de otro. Me empeño en buscar la invitación del Padre, su llamada, mi vocación. Me empeño en ser fiel a esa vocación. Vivir la vida hasta que se apague como una vela que se ha consumido completamente, para poder decir al final que "todo está cumplido", que "soy feliz, sean ustedes felices".

La vida es como un juego en el que hay que apostar todo a ganador, apostando la vida misma. Pero no hay que perder el tiempo que se puede pasar la vida y llegar al final teniendo la plata guardad (la vida). Dice Jesús en la parábola de los talentos que al que hace eso se le quitará todo aún lo que no tiene, la vida misma.

Paz y bien, amigos.

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