YO HE SENTIDO, SEÑOR, TU VOZ AMANTE
Esta himno de la oración de Vísperas de hoy (de la Liturgia de las Horas) me ha llegado especialmente. Pone palabras tan precisas a lo que se experimenta en la vida de fe. Desearía que tantos que andan cansados y desesperanzados en este mundo pudieran experimentar al Señor de esta forma, tan cercana y concreta.
en el misterio de las noches bellas,
y en el suave temblor de las estrellas
la armonía gocé de tu semblante.
No me llegó tu acento amenazante
entre el fragor de trueno y de centellas;
al ánima llamaron tus querellas
como el tenue vagido de un infante.
¿Por qué no obedecí cuando te oía?
¿Quién me hizo abandonar tu franca vía
y hundirme en las tinieblas del vacío?
Haz, mi dulce Señor, que en la serena
noche vuelva a escuchar tu cantilena;
¡ya no seré cobarde, Padre mío! Amén
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